A pesar de estar a un mes del comienzo del acontecimiento deportivo más importante del mundo, para los JJOO de Tokio 2021 quedan dudas que resolver sobre su celebración. La fecha final prevista, tras su cancelación en 2020 por la crisis derivada de la pandemia del Covid-19, se estableció entre el 23 de julio y el 8 de agosto de 2021.
Se sabe ya desde marzo que Japón decidió no permitir la entrada de turistas olímpicos en el país y que recientemente estableció un límite de 10 000 espectadores en cada evento deportivo con un aforo máximo del 50% de ocupación. En esta decisión fue clave la presión popular y de varias asociaciones de médicos japoneses que se oponían a la celebración de los juegos en su país, tras la llegada de la cuarta ola del virus.
Desde ayer, el gobierno nipón ha levantado el estado de emergencia en todo el país salvo en la prefectura de Okinawa, aunque mantendrá ciertas restricciones que tienen que ver sobre todo con los horarios comerciales. Mientras tanto, apuran los esfuerzos para incrementar la tasa de vacunación de los ciudadanos que, a día de hoy, se sitúa en poco más del 7%.
Contratiempos en la organización
A pesar de estos esfuerzos por parte del país nipón por favorecer las mejores condiciones para los juegos de Tokio 2021, la población no está del todo confiada de su seguridad frente al virus.
Prueba de ello son las recientes 3500 renuncias como voluntarios que se han registrado según la cadena pública NHK. Tenemos que sumarlas a las más de 10.000 acumuladas que se habían contabilizado hasta principios de este mes. Aunque parte de ellas, se debieron también a la polémica por los comentarios sexistas del expresidente de la organización de los juegos. Las labores de estos voluntarios serán las de ejercer de guías las estaciones de transporte, puntos de logística e información de accesos de los espectadores y visitantes. Con lo que todavía deberán de trabajar en logística para asegurar el buen curso de los juegos.
Paralelamente, el gobierno de Tokio, anunció el sábado la cancelación de seis eventos para el visionado en pantallas gigantes de los JJOO y Paralímpicos. Ésta práctica es muy popular en la ciudad, pero el temor a las aglomeraciones todavía está entre sus ciudadanos y supone grandes pérdidas en cuestión de visibilidad y patrocinio.
Postura de los patrocinadores
Y es que el alcance de la publicidad para estos atípicos Juegos Olímpicos se centrará, dadas las condiciones y circunstancias, en retransmisiones televisivas y marketing digital. Todas las estrategias de Japón y Tokio como marcas pierden así el factor de contacto directo con los visitantes extranjeros que se esperaban a principios de año, principalmente para todas las empresas conectadas con el turismo.
De igual manera, la inversión de los patrocinadores locales ha sido todo un éxito llegando a los 3 300 millones de dólares. Entre ellos encontramos grandes empresas como Toyota, Canon, Asics, Fujitsu, Panasonic o Brigdestone.
El grueso de la inversión se ratificó a principios de año tras el aplazamiento del año pasado. A pesar de ello, la incertidumbre se mantiene por las manifestaciones de algunas empresas, unidas a parte de la prensa y movimientos ciudadanos. Mantener los Juegos Olímpicos sería “una misión suicida”, manifestó el presidente fundador de Rakuten, Hiroshi Mikitani, ajena al patrocinio.
Uno de los patrocinadores oficiales, el diario japonés Asahi, pidió el mes pasado la cancelación del evento por la amenaza persistente de covid-19 en Japón, donde la tasa de vacunación no es todavía la deseada por las autoridades. En sus publicaciones, arremetía también contra el COI por permanecer firme y no pronunciarse ante el temor de la población local.
Medallas de Construcción Sostenible
Con todo esto parece que, finalmente, la determinación de los japoneses y de todos los organismos implicados en Tokio 2021 es firme y a nuestro juicio positiva para el deporte y el marketing.
Una prueba de ello es el curioso proceso de fabricación de las medallas. Y es que se han manufacturado a partir de metales rescatados de smartphones, ordenadores y otros gadgets viejos. A pesar de ello, son muy similares en tamaño y aspecto a las de otras ediciones.
De esta manera, la medalla de oro está hecha a partir de una base de plata y un baño de oro; mientras que la de plata está elaborada enteramente de este metal; y la de bronce es de una aleación de 95 por ciento cobre y 5 por ciento zinc.
La recaudación de estos materiales fue posible gracias a una campaña de donación de dispositivos electrónicos anticuados por parte de muchos ciudadanos japoneses. La iniciativa de fabricación sostenible, como era de esperar, ha sido un éxito y, por nuestra parte deseamos que Tokio 2021 lo sea de igual manera.